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jueves, 13 de noviembre de 2014

LAS ZAPATILLAS ROJAS


 
            LAS ZAPATILLAS ROJAS


Hace mucho, mucho tiempo, vivía una hermosa niña que se llamaba Karen. Su familia era muy pobre, así que no podía comprarle aquello que ella deseaba por encima de todas las cosas: unas zapatillas de baile de color rojo.

Porque lo que más le gustaba a Karen era bailar, cosa que hacía continuamente. A menudo se imaginaba a sí misma como una estrella del baile, recibiendo felicitaciones y admiración de todo el mundo.

 

 



Al morir su madre, una atesorada señora acogió a la niña y la cuidó como si fuera hija suya. Cuando llegó el momento de su puesta de largo, la llamó a su presencia:

- Ve y cómprate calzado adecuado para la ocasión

- Le dijo su benefactora alargándole el dinero.

Pero Karen, desobedeciendo, y aprovechando que la vieja dama no veía muy bien, encargó a la zapatera un par de zapatos rojos de baile. El día de la celebración, todo el mundo miraba los zapatos rojos de Karen.

Incluso alguien hizo notar a la anciana mujer que no estaba bien visto que una muchachita empleara ese tono en el calzado. La mujer, enfadada con Karen por haber desobedecido, la reprendió allí mismo:

- Eso es coquetería y vanidad, Karen, y ninguna de esas cualidades te ayudará nunca.

Sin embargo, la niña aprovechaba cualquier ocasión para lucirlos. La pobre señora murió al poco tiempo y se organizó el funeral. Como había sido una persona muy buena, llegó gente de todas partes para celebrar el funeral.

Cuando Karen se vestía para acudir, vio los zapatos rojos con su charol brillando en la oscuridad. Sabía que no debía hacerlo, pero, sin pensárselo dos veces, cogió las zapatillas encantadas y metió dentro sus piececitos:

-¡Estaré mucho más elegante delante de todo el mundo!- se dijo. Al entrar en la iglesia, un viejo horrible y barbudo se dirigió a ella:

-¡Qué bonitos zapatos rojos de baile! ¿Quieres que te los limpie?- le dijo.

Karen pensó que así los zapatos brillarían más y no hizo caso de lo que la señora siempre le había recomendado sobre el recato en el vestir. El hombre miró fijamente las zapatillas, y con un susurro y un golpe en las suelas les ordenó:

-¡Ajustaos bien cuando bailéis!

Al salir de la iglesia, ¡Cuál sería la sorpresa de Karen al sentir un cosquilleo en los pies! Las zapatillas rojas se pusieron a bailar como poseídas por su propia música.

Las gentes del pueblo, extrañadas, vieron como Karen se alejaba bailando por las plazas, los prados y los pastos. Por más que lo intentara, no había forma de soltarse los zapatos: estaban soldados a sus pies, ¡y ya no había manera de saber qué era pie y qué era zapato! Pasaron los días y Karen seguía bailando y bailando.

¡Estaba tan cansada...! y nunca se había sentido tan sola y triste. Lloraba y lloraba mientras bailaba, pensando en lo tonta y vanidosa que había sido, en lo ingrata que era su actitud hacia la buena señora y la gente del pueblo que la había ayudado tanto.

- ¡No puedo más!- gimió desesperada -¡Tengo que quitarme estos zapatos aunque para ello sea necesario que me corten los pies!-

Karen se dirigió bailando hacia un pueblo cercano donde vivía un verdugo muy famoso por su pericia con el hacha. Cuando llegó, sin dejar de bailar y con lágrimas en los ojos gritó desde la puerta:

-¡Sal! ¡Sal! No puedo entrar porque estoy bailando.

-¿Es que no sabes quién soy? ¡Yo corto cabezas!, y ahora siento cómo mi hacha se estremece.- dijo el verdugo.

-¡No me cortes la cabeza -dijo Karen-, porque entonces no podré arrepentirme de mi vanidad! Pero por favor, córtame los pies con los zapatos rojos para que pueda dejar de bailar.

Pero cuando la puerta se abrió, la sorpresa de Karen fue mayúscula. El terrible verdugo no era otro que el mendigo limpiabotas que había encantado sus zapatillas rojas.

-¡Qué bonitos zapatos rojos de baile!- exclamó -¡Seguro que se ajustan muy bien al bailar!- dijo guiñando un ojo a la pobre Karen

-Déjame verlos más de cerca...-. Pero nada más tocar el mendigo los zapatos con sus dedos esqueléticos, las zapatillas rojas se detuvieron y Karen dejó de bailar.

Aprendió la lección, las guardó en una urna de cristal y no pasó un solo día en el que no agradeciera que ya no tuviera que seguir bailando dentro de sus zapatillas rojas.

FIN
 























 
 
 

martes, 18 de febrero de 2014

EL PRÍNCIPE



Cierta vez, el príncipe heredero de la corona de Inglaterra, niño que se había hecho conocido por su mal genio, por su indisciplina y por la falta  de respeto a
Sus profesores, se comportó muy mal con una de sus maestras.
Muy enfadada ella le llamó la atención y le exigió más respeto. Entonces el muchacho lejos de hacerle caso, de un fuerte puntapié rompió uno de los más hermosos jarrones que adornaban la suntuosa habitación del palacio.
La profesora de inmediato abandonó el salón de estudios y fue a presentar el caso
al rey, padre del príncipe, quien vino al instante y, llamándole la atención, exigió al
niño pidiese perdón a su maestra y le prometa respeto.
El pequeño príncipe, puesto de pie, en tono muy arrogante, exclamó :
- Recuerde, señor, que ella es un súbdito del rey. ¿ Acaso yo no seré un día el rey
de Inglaterra?
- Lo sé muy bien … Por eso te mando por segunda vez pidas perdón a la profesora.
El que debe mandar mañana, debe aprender a obedecer hoy.

Ahora marca la respuesta correcta :
1.¿ Cómo era el príncipe?
a. Educado, obediente, cortés.
b. Malgenioso, indisciplinado y no respetaba.
c. Gracioso, amable con los demás
2. Según el texto, ¿ Por qué la maestra se enfadó?
a. Porque el príncipe hizo una travesura.
b. Porque el príncipe se comportó muy mal.
c. Porque el príncipe no escuchaba.
3. En el texto ¿ qué quiere decir “ fue a presentar el caso al rey?
a. Que fue a visitar al rey.
b. Que fue a discutir con el rey.
c. Que fue a quejarse con el rey.
4.¿ Por qué el rey decidió llamar la atención al príncipe?
a. Porque quería que primero aprenda a obedecer.
b. Porque quería enseñarle a la maestra como se enseña.
c. Porque quería que primero aprenda a mandar.
5. Este cuento nos enseña principalmente que:
a. No debemos ser malcriados .
b. Todos sin importar la condición debemos aprender a respetar.
c. Debemos escuchar los consejos de los demás.
6. ¿ Qué título le pondrías a este cuento?
a. Los maestros del príncipe
b. El príncipe y el rey
c. El príncipe rebelde
7. ¿ De qué trata este texto?
a. Trata de la lección de respeto que aprendió el príncipe.
b. Trata del mal comportamiento de un príncipe.
c. Trata de los maestros que tenía un príncipe.
8. Ordena las ideas escribiendo adecuadamente los números :
( ) El rey llamó la atención y exigió pedir perdón a su maestra.
( ) La profesora fue a presentar el caso al rey.
( ) El príncipe arrogante exclamó: Recuerde señor que ella es un súbdito del rey.
( ) El príncipe heredero de la corona de Inglaterra se comportó mal con una de sus maestras.
( ) El que debe mandar mañana debe aprender a obedecer hoy
LECTURAS COMPRENSIVAS


LOS DOS GALLOS




En una casa, una anciana criaba dos gallos. Un día, los gallos salieron a pasear fuera de la casa. De pronto, vieron un enorme gusano que se arrastraba por el camino. Entonces, ambos corrieron para atraparlo, pero antes de que alguno lo cogiera, se miraron creyendo que cada uno tenía derecho a comerse al animal. Por eso, empezaron a discutir.
Muchos animales empezaron a acercarse para saber qué era lo que pasaba. Entre ellos, también se asomó un zorro hambriento. Al ver que los dos gallos seguían discutiendo, el zorro dijo: - Para arreglar este problema, es mejor que se peleen y el ganador se llevará el gusano.
Todos dijeron que sí. Pero para que la pelea sea justa, los animales presentes nombraron un juez. Y el juez fue justamente el zorro, quien dijo: - La pelea será solo entre los dos. Nadie debe ayudar a ninguno de los gallos.
Todos estuvieron de acuerdo. La pelea fue muy dura. Al cabo de un buen
rato, ambos gallos cayeron al suelo de tanto cansancio. Algunos animales que veían la pelea se pusieron a llorar tristemente. Pensaban que los gallos se habían muerto. En ese momento, nuevamente habló el zorro a todos los animales: -Señores, como ustedes ven, nadie ha ganado. Y nadie se comerá al gusano. Pero a mí me tienen que pagar algo por haber sido juez. Dicho eso, el zorro atrapó a los dos gallos y se perdió entre los árboles de un bosque cercano.


Marca la respuesta correcta de cada pregunta:
1. ¿A dónde salieron a pasear los dos gallos?
a. Por el campo
b. Fuera de la casa
c. Por el gallinero

2. ¿ Cuál de estos hechos ocurrió primero?
a. Los animales nombraron un juez
b. Los gallos cayeron al suelo
c. Los gallos empezaron a discutir

3. ¿De qué trata principalmente este cuento?
a. Trata de la pelea de dos gallos.
b. Trata de dos gallos que terminaron en las manos del zorro.
c. Trata de los animales de una anciana.

4. ¿ En qué momento el zorro propuso arreglar el problema?
a. Cuando los animales lloraban.
b. Al ver que los gallos seguían discutiendo.
c. Cuando atrapó a los dos gallos.

5. ¿ cómo era el zorro?
a. Amable
b. Astuto
c. Bueno

6. Por qué el zorro se llevó los dos gallos?
a. Porque nadie había ganado.
b. Porque tenían que pagarle por ser juez
c. Porque los gallos seguían discutiendo

7. ¿ Qué nos enseña principalmente este cuento?
a. Que debemos discutir hasta ganar.
b. Que debemos conversar para arreglar los problemas.
c. Que debemos escuchar a los demás.